domingo, 21 de marzo de 2010

Gestión de marcas.

"¿Quieren mostrar una buena gestión de marcas?, empiecen por sus nombres."

Así nos decía un profesor de marketing cuando nos proponía hacer ejercicios en el que nuestros nombres se convertirían en la síntesis de un desarrollo conceptual que debíamos construir a lo largo de un cuatrimestre. ¿Un cuatrimestre, dijo? Sí. Un cuatrimestre. Y ése es, precisamente, un factor clave en la construcción de una marca: el tiempo.

Porque construir una marca y hacer que sea el fiel reflejo de la personalidad de la empresa, lleva tiempo.

El tiempo necesario como para observar lo que esa marca hace y dice, confirmando dia a día que tiene una personalidad valorable y coherente.
Como cuando te das cuenta que, después de hacer un balance de la conducta de alguien, sacás la conclusión de que a lo largo del tiempo demostró ser tu mejor amigo.

Porque, después de todo, ¿qué es lo que hace que una persona "marca Alfredo" ocupe el primer puesto afectivo en tu ranking mental dentro de la categoría "Amigo del Alma", mientras otro, tambien "marca Alfredo" provoca los más desconcertantes sentimientos ubicándolo dentro de la categoría "No tan amigo", deseando tenerlo lo más alejado posible?

Sin ninguna duda, es la conducta de esa persona la que determina su posicionamiento en nuestro ranking mental de preferencias y esa posición no se logra de la noche a la mañana.
Con las marcas pasa lo mismo.

Por eso, creo que si existiesen dos marcas Mc Donalds dedicadas al mismo negocio, sería la conducta de cada una de ellas la que determinaría nuestra preferencia aunque compartiesen el mismo logo.

Seguramente, diríamos: "Voy al Mc Donalds que da más papas; o al más amplio; o al que tiene mejores ofertas; o a aquel cuyos empleados son más simpáticos.
Aún siendo "gemelos", buscaríamos la forma de destacar la diferencia que inclina nuestra preferencia o que determina su personalidad clara y definida.

Porque, al margen del nombre (o de la marca) no hay mayor satisfacción que la que puede darte alguien que te define como vos siempre quisiste que te reconozcan cuando le preguntás simplemente "¿Quién soy?".

Por eso, prometemos que sea nuestra conducta la que nos ubique en la mente de nuestros clientes como sinónimo de "proveedores de ideas originales, prácticas y eficientes en materia de comunicación" para que, aunque nos llamemos "Rigoberto" o "¿Quién Soy?" el sólo hecho de nombrarnos evoque en ellos el más afectuoso placer de habernos conocido.

Y que sea el cumplimiento permanente de esa
promesa la que garantice el éxito duradero de nuestra gestión de marca.
¡Que así sea!.


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